He leído hasta la página 138 del libro Fuerte es el silencio de Elena Poniatowska, hasta este momento, los testimonios de tortura documentados por el Comité Nacional Pro Defensa de Presos, Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos, son los que me han provocado una serie de sentimientos inexplicables.
Mientras leía la serie de indignantes testimonios mi mamá me decía, mira ya viste esto o aquello, ¿qué opinas de equis tema?, yo sin poder contestar, con un nudo en el estómago diciéndole que sí a todo, y luego el: “qué barbará, tu nada más cuando quieres hablas y cuando no hay que estarte aguantando”
Leía lo que podía ocasionar el famoso “tehuacanazo” , sabía en que consistía este tipo de tortura pero no tenía idea de que podía llegarse a reventar el tímpano, trastornos de la vista, tabiques desviados e incluso sinusitis crónica.
En que consiste la llamada “picana”, que es un “palo que da toques” que se introduce en el ano de los hombres, la vagina de las mujeres, y que conectado da toques.
Después de leer la descripción mi mamá, que esta escribiendo su diario de la educadora me pide que le dibuje unos muñequitos y yo la verdad sigo sin ganas de dibujarlos después del testimonio de una pequeñita de año dos meses que ha sido torturada sólo por el hecho de ser hija del guerrillero Jesús Humberto Zazueta, mientras dibujo a la fuerza niños felices, unas mariposas, arcoíris aquí y allá pienso en las palabras de su madre Bertha Alicia López de Zazueta:
A mi hijita Tania, de un año dos meses, la torturaron en mi presencia maltratándole y aplicándole toques eléctricos en todo su cuerpecito, después de haberla torturado psicológicamente al ver golpear a sus padres. Recuerdo y me estremezco al hacerlo, cómo lloraba y gritaba “papá” y mi dolor ante la impotencia para defenderla y consolarla. Son momentos terribles que quisiera borrar de mi memoria […]
Y tantos testimonios que estremecen el corazón, ¿cómo es posible que exista tanta maldad en un ser humano? Luego de ser sometido a este tipo de bajezas que secuelas quedan en las personas que sobreviven, algunos fragmentos del poema escrito por Fernando Gaxiola, hermano de Oscar Cesar Gaxiola, desaparecido desde el 15 de Febrero de 1977 quedaron grabados en mi mente, pero me gustaría compartirlo:
Cuatro autos de oculta procedencia
Mutilaron ese andar estudiantil
Ese libro febril a flor de puño
Las culatas se estrellaron en la cara
Y los golpes cayeron como truenos
De sangre en la caja de tu cuepo
Carcajada en mano te esposaron tu derrota
Tres años de presidio no bastaron para ellos
Ahora te desaparecen no sé si para siempre
Tu nariz será un río de Tehuacán con gas
Por donde navegará hasta lo que no sabes
A fuerza de manguera envuelta en los nudillos
Que se estrella en tu anatomía
Dirás nombres y ocasiones que no aprendiste
en tu carrera frenada a electrodos de picana
tu enamorada testicular
que no lo maten viento
que no lo maten por si ves su muerte
grita ráfagas de su nombre polen
y que germine en los oídos
que todos sepan que en este país
descongelaron la muerte institucional
que la represión en carro antena
cabalga desfasando risas escolares.
Tres años de prisión no pagaron tu culpa
ahora te tienen amordazado en un cuartucho insalubre
ay campo militar número uno hogar o tumba de mi hermano
responde si está contigo si tiene vida
hasta cuándo serás habitante carcelario
hasta cuándo fraternal te abrazaré la sangre
espero que no seas un peregrino nauseabundo
con tus neuronas trituras bajo el brazo.
en tu carrera frenada a electrodos de picana
tu enamorada testicular
que no lo maten viento
que no lo maten por si ves su muerte
grita ráfagas de su nombre polen
y que germine en los oídos
que todos sepan que en este país
descongelaron la muerte institucional
que la represión en carro antena
cabalga desfasando risas escolares.
Tres años de prisión no pagaron tu culpa
ahora te tienen amordazado en un cuartucho insalubre
ay campo militar número uno hogar o tumba de mi hermano
responde si está contigo si tiene vida
hasta cuándo serás habitante carcelario
hasta cuándo fraternal te abrazaré la sangre
espero que no seas un peregrino nauseabundo
con tus neuronas trituras bajo el brazo.